FILADELFIA.- Los dos abridores pautados para el Juego 2 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional llegan de caminos muy diferentes. Aaron Nola fue seleccionado en el séptimo lugar en el Draft amateur del 2014, siendo siempre uno de los prospectos más cotizados del béisbol hasta su eventual llegada a las Mayores en el 2015. Del otro lado está Merrill Kelly, quien tuvo un trayecto más sinuoso.

Después de ser tomado en el Draft en un par de ocasiones y no llegar a acuerdos con los equipos, finalmente Kelly firmó con los Rays tras el proceso del 2010. Sin embargo, su primera experiencia en las Mayores aún estaba muy lejos.

Kelly empezó a probar suerte en territorio internacional, luego de verse fuera del béisbol organizado. Se uniformó con los Leones del Escogido en la campaña 2014-2015 en la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana. Pero fue en Corea en donde encontró el camino que eventualmente lo traería de vuelta a las Mayores. Estuvo cuatro campañas en el país asiático, en donde dejó marca de 48-32 y efectividad de 3.86.

Eso llamó la atención de los D-backs, que lo firmaron como agente libre en el invierno del 2018. Kelly fue tomando la forma que eventualmente lo convirtió en el abridor de un Juego 2 de la SCLN. No obstante, sí hay algo que tiene en común con su similar del martes. Ambos pasaron por los momentos más bajos de cada una de sus escuadras en los últimos años.

Cuando Nola debutó en el 2015, aquel conjunto de los Filis perdió 99 partidos, siendo la primera de tres campañas consecutivas con 90 reveses o más para el club. No fue hasta el 2019 que Filadelfia empezó a enderezar el rumbo, justo después de la firma de Bryce Harper, quien, según Nola, inició el proceso del cambio en Filadelfia.

“Saber que [Harper] quería venir a Filadelfia y conseguir un campeonato aquí fue increíble para el proceso de reconstrucción”, señaló Nola. “El traer a ese chico para acá, sabíamos que estaríamos en camino de dejar atrás ese proceso”.

“Obviamente hicimos un par de movidas después, como adquirir a J.T. [Realmuto] en esos años. Pero pensar en lo que hemos pasado es increíble”, continuó Nola. “Es genial ser parte de esto. Siento que no muchos jugadores pueden pasar una etapa de reconstrucción hasta convertirse en el equipo que somos ahora”.

Kelly es uno de ellos, aunque a una escala menor pero a la vez más profunda. Si bien los D-backs tuvieron récord positivo en el 2019, con Kelly siendo parte de la rotación encabezando las Mayores con 14 derrotas, los D-backs terminaron con un porcentaje de triunfos de .417 en la acortada campaña del 2020 y luego perdieron 110 juegos en el 2021, quedándose a un revés del récord para la franquicia de 111 (2004).

Pero a diferencia de los Filis, los D-backs lograron pasar rápido el interruptor, convirtiéndose en contendientes a una velocidad histórica. Clasificando a la postemporada de este año, Arizona se unió a Houston (2013-2015) y a los Orioles (2021-2023) como los únicos conjuntos en la historia de las Mayores en pasar de perder 110 partidos o más a clasificar en un período de tres años.

Y es que además esas 110 derrotas nunca fueron parte de una reconstrucción, dejando a los D-backs en una posición más incómoda aun, en comparación a aquellas versiones de los Astros y Orioles.

“Sentimos que habíamos armado un equipo para competir”, expresó el gerente general Mike Hazen. “Así que no perdimos 110 juegos a propósito. Fue un largo receso de temporada. Por eso es tan satisfactorio estar ahora en este punto”.

Pero Kelly, que pasó por todo eso, fue uno de las razones del despegar de los D-backs. El derecho de 35 años dejó efectividad de 3.37 en el 2022, liderando la liga con 33 aperturas, tendencia que mejoró este año, al dejar un porcentaje de carreras limpias de 3.29 y alcanzando un tope personal con 187 ponches. Además, quedó en el quinto lugar de la Liga Nacional en efectividad con 3.29, sexto en OPS en contra con .222, décimo en WHIP 1.19 y sumó un bWAR 3.9 (séptimo mejor).

“Lo estoy disfrutando. Intento no dar nada por sentado”, señaló Kelly. “El hecho de estar en este punto de mi carrera y seguir viviendo cosas nuevas, me da un poco más de energía que cualquier otra cosa”.

Además, como otro jugador que haya experimentado el béisbol internacional, Kelly no se preocupa por la atmósfera que se sentirá el martes en el Citizens Bank Park.

“En Corea los fans animan de una manera diferente que la de nosotros”, dijo. “Cada jugador que llega al plato tiene su propia canción de batalla. En la serie de campeonato, había unas 30,000 personas en Seúl, y 15,000 cantaban al unísono durante todo el turno. También está lo vivido en el Clásico Mundial de Béisbol; fue algo que no había vivido jamás. Me sorprendería mucho si supera el partido ante Venezuela en Miami”.

De cualquier manera, pese a los trayectos diferentes y distintas etapas de sus carreras en la actualidad, lo cierto es que Kelly y Nola se medirán en el montículo de Filadelfia para el Juego 2, en la que probablemente sea la apertura más importante que hayan tenido jamás.