Por: Frank Camilo
Para lograr el éxito en una decisión tomada, por más sencillo que luzca hay que
concentrarse en desarrollarla. Primero estudiar los pasos que se deben dar, luego
seleccionar la dirección correcta y ejecutar esos pasos sin mirar atrás.
No todo el que vea lo que está sucediendo entenderá de inmediato. Algunos
hasta criticarán, sin advertir el objetivo establecido. Es como acercarse una foto al
arco del ojo y solo apreciar un fragmento de ella. Así no se entiende.
Cuando en noviembre del 2014 se dio el primer palazo en los terrenos de la
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, muchos se preguntaron si valía
la pena que en el país del béisbol se invirtieran recursos en hacer un campo de
fútbol como el anunciado, valorado en más de 100 millones de pesos.
Para marzo del año siguiente Cibao FC tenía el escenario más moderno de la
naciente Liga Dominicana de Fútbol y de todo el país. Por ahí comenzaron a
desfilar las principales figuras nacionales y extranjeras de la disciplina.
Hoy que se está desarrollando el Flow Concacaf Caribbean Club Championship en Santiago, podemos decir que se ve un poco más clara la imagen de ese objetivo
propuesto por el club anfitrión. Debemos entender que esto es un tema que hace
de la ciudad una marca país.
Otra muestra de ello es la inversión más reciente en ese mismo terreno que ronda
los 40 millones de pesos para cambiar el césped artificial, por otro certificado en
la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA), algo determinante
para desarrollar eventos internacionales, como el presente.
Aunque ese torneo aún no ha terminado, podemos decir que la buena actuación
de los clubes dominicanos, con uno de ellos en la final, nos permite exclamar que
nuestro país ya no es la cenicienta del Caribe, y que ha valido la pena el esfuerzo
de los inversionistas.
Además reconocer que ya no hay vuelta atrás. Aún falta mucho camino para
recorrer, pero definitivamente tiene gran valor el ya caminado, valor que se
incrementará a medidas que se mantenga el movimiento, como el balón en el
campo, siempre hacia adelante.
